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ENLACES
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He aquí tres hechos claves del desarrollo filosófico de la vida y la obra de Maritain:
• El encuentro con León Bloy, que lo llevó a fe y, en ella, al restablecimiento de su vocación filosófica.
• Los Círculos de Estudios Tomistas, que constituyeron el contexto en que Maritain consolidó su visión tomista en estrecho contacto con otros pensadores y artistas.
• Su visión del futuro del Tomismo, más allá de sí mismo. |
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El encuentro con León Bloy
La lectura de un par de libros de León Bloy indujo a Jacques y Raïssa, al año de casados, a establecer contacto personal con su autor. Le escribieron y, sabiendo de sus apuros económicos, le adjuntaron veinticinco francos. Bloy les contestó agradeciéndoles y los invitó a su casa en Montmartre.
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He aquí el relato de Maritain de ese encuentro.
"El 25 de Junio de 1905, dos jóvenes de veinte años subían la escala sempiterna que conduce al Sacré-Cœur. Llevaban en sí esa angustia que es el único producto serio de la cultura moderna, y una especie de desesperación activa, iluminada solamente, aunque sin fundamento aparente, por la seguridad interior de que un día se les mostraría la verdad de que tanta hambre tenían, y sin la cual les era imposible aceptar la vida.
"Iban hacia un extraño mendigo, que despreciando toda filosofía proclamaba sobre los techos la verdad divina, y católico íntegramente sumiso, condenaba su tiempo, y a cuantos tienen su consuelo aquí abajo, con más libertad que todos los revolucionarios del mundo.
"León Bloy parecía casi tímido, hablaba poco y muy bajo, tratando de decir a sus jóvenes visitantes algo importante que no los decepcionara. Lo que les descubría no puede narrarse; la ternura de la fraternidad cristiana, y esa especie de temblor de misericordia y de temor que sobrecoge frente a un alma que lleva el sello del amor de Dios. Bloy se nos mostraba lo contrario de los otros hombres, que ocultan bajo el maquillaje cuidadosamente mantenido de las virtudes de sociabilidad, faltas graves en las cosas del espíritu, y tantos crímenes invisibles. Lejos de ser un sepulcro blanqueado como los fariseos de todos los tiempos, era una catedral calcinada, ennegrecida. El Blanco está dentro, en el hueco del tabernáculo.
"Franqueado el umbral de su casa, todos los valores quedaban desplazados como por un trinquete invisible. Se sabía, o se adivinaba, que sólo hay una tristeza, la de nos ser santos. Y el resto tornábase crepuscular."
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Los Círculos de Estudios Tomistas
Para los Maritain, una de sus mayores realizaciones, y sin duda la más querida, fueron los Círculos de Estudios Tomistas, generalmente asociados a la casa que en 1923 adquirieron en Meudon, en las afueras de París.
El nombre Meudon constituye uno de esos signos que realzan la vida de los Maritain a niveles de influencia y liderazgo superiores, sobre todo teniendo en cuenta las grandes personalidades intelectuales y artísticas a ellos vinculados — escritores como Georges Bernanos, Jean Cocteau, Julien Green, François Mouriac, Pierre van der Meer, Paul Claudel; pintores como Georges Rouault, Marc Chagall, Gino Severini, Jean Hugo; músicos como Manuel de Falla, Erick Satie, Arthur Lourié, Georges Auric, Igor Strawinsky; filósofos y pensadores como Nikolai Berdyaev, Ettiene Gilson, Emmanuel Mounier, Yves Simon, Louis Massignon; teólogos como Garrigou Lagrange, Charles Journet, y tantos otros — que no es exagerado considerar a Jacques y Raïssa Maritain, desde una perspectiva cultural, como "la pareja del siglo"
Ciertamente, no todos participaban con la misma asiduidad ni compartían necesariamente la fe o las ideas de los Maritain, fundando más bien su relación en vínculos culturales, de amistad o circunstanciales, no siempre lo suficientemente sólidos como para resistir los embates que traían consigo las tribulaciones del momento, como las provocadas, por ejemplo, por la condenación de la Acción Francesa o por la guerra civil española.
Lamentablemente, tal vez por el impacto siempre notable que producen los grandes nombres y la fama, en los relatos sobre "el período de Meudon", visto sólo como una etapa de gran efervescencia intelectual en torno a los Maritain, a veces se pierden de vista los principios, los propósitos y el funcionamiento de los Círculos, como entidad perfectamente establecida y organizada, centrada en el estudio y difusión de la doctrina de Santo Tomás de Aquino.
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Maritain y su proyección al futuro
Invitado en 1966 a participar en el Encuentro de las Culturas en la UNESCO, sobre los signos del Concilio Ecuménico Vaticano II, Maritain presentó el discurso 'Las Condiciones Espirituales para el Progreso y la Paz', en el que presentó la proyección a futuro sobre la que construyó toda su obra, y que resumió en sus palabras finales.
"Quisiera evitar la menor ambigüedad respecto de la palabra 'renovación' que he usado.
"Lo que el mundo actual necesita tan desesperadamente no son las seudo-renovaciones en filosofía que traicionan la razón en su esfuerzo por conocer el ser, ni las seudo-renovaciones teológicas que pretenden cambiar aquellas verdades que vienen de la boca de Dios.
"Las renovaciones auténticas que tanto necesitamos – y me estoy dirigiendo a los cristianos – son renovaciones en la manera de aproximarnos a los problemas, en nuestra metodología, en nuestra preocupación por los descubrimientos y el progreso, más pendientes de la experiencia y más intuitivos, más atentos a la historia del pensamiento y al desarrollo de las ciencias, así como al desarrollo de las filosofía contemporáneas y también de las sofísticas, no para dejarnos llevar como cobardes por ellas, sino más bien para entender y reinterpretar todo a la luz de una sabiduría apasionadamente fiel a la realidad, capaz de crecer continuamente porque está destinada a durar todo el tiempo.
"¿Qué sabiduría es la que tengo en mente?
"Por supuesto, aquella de mi viejo maestro en realismo, Santo Tomás de Aquino; esa sabiduría es siempre joven, pues, a condición de que sus discípulos no se duerman, se renueva de edad en edad en esa misteriosa fuente de la juventud que es la verdad."
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